domingo, 27 de mayo de 2012

Giro 2012: Hasta el último kilómetro

En la previa del Giro que elaboré hace unos lejanos 21 días, presentaba la ronda italiana como un duelo entre italianos y extranjeros, y que parecía que los primeros tenían ventaja ya que contaban con hombres de la talla de Scarponi o Basso que contaban con ese plus que significa para todos los corredores italianos vencer la más importante competición ciclista del país. Por ello, sorprende ver que los italianos no han conseguido dos puestos en el podio. Y sorprenden más aun el ver que dos de esos lugares corresponden a dos ciclistas que no partían ni mucho menos entre los grandes favoritos de la carrera. Estoy hablando del campeón, el canadiense Ryder Hesjedal y del tercero, el sorprendente belga Thomas de Gendt, que ya había dado muestras de mucha calidad pero que no había destacado en vueltas de tres semanas. Incluso pienso que el belga hubiera ganado la clasificación general de este Giro si ayer, en el Stelvio, hubiera contado con el factor altitud a la hora de regular para evitar la fatiga. Lo hizo todo perfecto, pero los más de 2600 metros de altitud a los que se encuentra el último kilómetro del coloso italiano hicieron que el oxígeno no llegara a los pulmones como lo hacía a pie de puerto. La exhibición del corredor de Vacansoleil valió un podio pero pudo valer mucho más. Casi le sale la jugada perfecta, pero para ello hay que intentarlo. Y es que los grandes favoritos no lo intentaron en los grandes puertos hasta el último kilómetro, consiguiéndose muy pocas diferencias entre los mejores de la carrera. Szmyd dominaba todas las ascensiones hasta casi el final, pero los líderes no atacaban. Ese conservadurismo ha hecho que todo se decidiera en la crono final, y por ello Purito Rodríguez ha sido segundo y no ha conseguido el primer puesto en la clasificación final del Giro.

El corredor catalán tenía terreno para explotar toda la explosividad que tiene en sus piernas, y lo ha hecho. Pero lo único que ha conseguido con ella es conseguir pequeñas diferencias de menos de medio minuto y triunfos parciales. Era consciente de que no iba a conseguir ganar el Giro si no contaba con una diferencia sobre Hesjedal de más de dos minutos para la contrarreloj final. También era consciente de que tenía mucho que perder con un ataque desde lejos, ya que no es un corredor que encuentre un ritmo adecuado cuando tiene que subir un puerto sin compañía. El portar la maglia rosa da alas, pero también hace pensar mucho más sobre la bicicleta. Y yo pienso que Purito se dio cuenta de que este Giro no iba a ser para él tras la etapa de Alpe di Pampeago, la única en la que verdaderamente atacó Hesjedal. El canadiense no se hizo con el liderato, pero asestó un golpe durísimo sobre el español. Tenía que atacar en el Stelvio, en el puerto que peor se le podía dar ya que es un puerto eterno y constante, justo lo que no le gusta al líder del Katusha. Por ello no atacó cuando podía hacer daño. Vio que era imposible meterle tiempo a Hesjedal en el puerto que menos se adaptaba a sus características. Se resignó a esperar un milagro en la crono. Y los milagros en el ciclismo no existen. No existen aunque el joven Guardini bata con superioridad a Cavendish en un sprint, no existen aunque De Gendt gane subiendo el Stelvio solo, no. Joaquim se defendió hasta el último kilómetro, pero en la crono sucedió lo que todo el mundo esperaba: Hesjedal se llevaba el Giro.

Algunos de los comentarios que veo en los diarios deportivos escritos por gente que desconoce lo que es el ciclismo señalan que es extraño que un desconocido de 30 años de repente gane el Giro. Y esa extrañeza la relacionan rápidamente con el dopaje. Yo les digo que vean la etapa de Velefique de la Vuelta de hace dos años, en la que gana subiendo el puerto almeriense sin compañía en una escapada similar a la de De Gendt de ayer, o que miren la clasificación del Tour del año pasado. El error ha sido de todos los periodistas y de todos los que escribimos sobre ciclismo por no poner entre los favoritos a un hombre que fue séptimo en la mayor vuelta por etapas del mundo. Hesjedal no ha hecho un milagro, ya era conocida su calidad, tan solo ha dado un paso adelante. Otros ciclistas que han dado pasos adelante han sido los otros dos hombres del podio: Purito porque ha conseguido ser constante y no fallar ningún día y De Gendt porque ha demostrado que además de ser un gran cazaetapas puede ser un vueltómano. También querría destacar a los dos colombianos del Sky: Urán y Henao, que han estado arriba en todas las etapas de montaña y que han conseguido quitarse la etiqueta de promesas; a Andrey Amador, por su combatividad y la presencia en carrera que ha dado a Movistar; a Gianluca Brambilla, por ser un prometedor escalador que ha ayudado mucho cuando la carretera se ha puesto para arriba a Domenico Pozzovivo; y a Guardini, por el que aposté a principio de Giro tras su fenomenal Tour de Langkawi, y que, con solo 22 años, ha conseguido batir a Cavendish en un sprint de igual a igual. Solo queda darle las gracias a ellos, y a todos los corredores por brindarnos esta carrera que los italianos dicen que es la mejor del mundo. No sé si será la mejor, pero lo que realmente me importa es que ha sido emocionante hasta el último kilómetro.

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