martes, 17 de julio de 2012

¿Desesperación o cambio de mentalidad?

Parece que fue ayer cuando los ciclistas estaban en Lieja disponiéndose para el comienzo del Tour 2012 y ya estamos en la última semana de carrera. Los Alpes se han pasado como si fueran un suspiro para los espectadores. Pero no para los ciclistas, que han sufrido muchísimo las ascensiones de este año. El Grand Colombier apajaró a hombres que habían empezado bien el Tour como Tony Gallopin o Rui Costa. Estos dos eran aparentes corredores de segunda fila pero también han sufrido los grandes favoritos, y sobre todo Cadel Evans. El australiano lanzó uno de esos ataques a la antigua en la Croix de Fer con su compañero Tejay Van Garderen como escudero, pero todo quedó en nada. El norteamericano exprimió demasiado a su líder, que acabó completamente fundido y siendo neutralizado fácilmente por el grupo de los favoritos comandado por un gregario de Wiggins que no es ni mucho menos escalador: Michael Rogers. El australiano del Sky atrapó con suma facilidad y sin ayuda a los atacantes del equipo BMC. Pero la pregunta que se me pasó por la mente al ver ese ataque frustrado del actual campeón del Tour es el porqué de ese ataque. ¿Por qué atacó, por desesperación al ver que tiene tanto tiempo perdido o porque ha dejado atrás al viejo Evans conservador? Sea como sea, fue un esfuerzo demasiado grande, y lo pagó en la ascensión final en La Toussuire, donde no pudo seguir a sus dos rivales del Sky y principales contendientes a la plaza más alta del podium de los Campos Eliseos: Bradley Wiggins y Chris Froome.

Hay que decir que Evans no es el del año pasado, ese que se agarraba a una rueda y no la soltaba fuera quien fuera el que estaba delante. Ahora no aguanta ni siquiera a su gregario Van Garderen. También se vio esto en la contrarreloj de Besançon, en la que perdió más tiempo del esperado frente a Wiggins. No tiene las piernas que sí tienen los rivales y tiene tiempo perdido, con lo cual no tiene nada que perder. Y ahora ha optado por una nueva estrategia, la del ataque desde lejos. No solo lo intentó en Croix de Fer, también enseñó las uñas en la etapa de Foix pero no tuvo la suficiente fuerza como para hacer daño a los favoritos. Pero detrás de esta aparente desesperación se esconde un cambio de mentalidad. El australiano nunca había hecho un ataque desde lejos, solo los hacía en el último kilómetro para ganar la etapa. Confiaba al máximo en su habilidad en contrarreloj para sacar diferencias a sus rivales, que casi siempre habían sido escaladores puros. Ahora la cosa cambia. Él es peor contrarrelojista que algunos de sus grandes rivales, como Wiggins o Froome. Por ello, venía con el chip cambiado a este Tour. Para ganar había que atacar, pero la desesperación ha hecho que esos ataques fueran desde lejos. Es una lástima que este Evans ambicioso que se ha visto en los Alpes y en los primeros Pirineos no haya triunfado, porque ha sido él, junto a Van den Broeck el que ha querido poner espectáculo a la carrera. Esperemos que este fracaso en esta nueva estrategia no cambie otra vez su mentalidad y vuelva a ser el chuparruedas de antes. Todavía le queda un bloque de montaña para remontar, y para ello ha de ser ambicioso, pero también ha de ser racional. De esa manera, hará mucho daño al Sky y dará mucho espectáculo, que es lo que todos queremos.

Y otra cosa que el espectador está deseando ver es si Froome acabará siendo leal a Wiggins o le atacará en estas etapas pirenaicas para conseguir vencer este Tour. El corredor nacido en Kenia ha dejado caer por sus declaraciones que será fiel a su compañero, algo que ya mostró en La Toussuire. Ahora bien, cuando uno está tan cerca de la gloria no sé si pensará demasiado en su compañero. Y habrá que ver cómo respondería el equipo ante una hipotética pájara de su líder, lo que en la anterior jornada de descanso llamamos el dilema del Sky. De momento, la lealtad ha sido la nota dominante entre el dúo Wiggins-Froome, pero ya sabemos que puede haber cambios de mentalidad en los ciclistas. Y si no, que se lo digan a Evans.

martes, 10 de julio de 2012

El dilema del Sky

La primera contrarreloj larga del Tour de Francia 2012 acabó con una auténtica exhibición de los dos hombres más importantes del conjunto Sky: Bradley Wiggins y Christopher Froome. Los dos británicos quedaron primero y segundo por encima de especialistas de la talla de Cancellara, Tony Martin o Tejay Van Garderen. Pero lo más importante fue el golpe encima de la mesa que han dado en su lucha por la clasificación general de este Tour. Evans, principal favorito de la carrera junto a Wiggins, se dejó un minuto y 43 segundos frente al inglés, una renta de la que se puede arrepentir. La diferencia en la general roza ya los dos minutos y el corredor del Sky se ha mostrado muy fuerte contra el crono, ya que hay que recordar que todavía queda otra contrarreloj larga de 53 kilómetros. Así, se puede decir que Wiggins está en una posición inmejorable para ganar su primera vuelta grande. Y vencería la más importante y la más seguida de las tres que hay. El inglés se ha mostrado fuerte en todos los terrenos, pero va a tener que sudar, y mucho, si quiere conservar esa diferencia con respecto a sus rivales. Problemas no le van a faltar, eso lo tengo muy claro.

Y tengo claro que hay rivales de Wiggins que son más fuertes que él en la montaña. La Planche des belles filles fue un buen final pero quizá le faltaron un par de kilómetros más para que esa ascensión se convirtiera en un auténtico infierno para el británico. Ya lo vimos el año pasado en la Vuelta. Wiggins no es un escalador puro y sufre mucho cuando es atacado al no tener buen cambio de ritmo. Y mañana no, pero seguro que en la Toussuire habrá ataques. Evans tendrá que ser ambicioso ya que dos minutos son muchos, pero quizá espere a Pirineos porque el ataque no cuadra con su estilo de corredor. El daño a Wiggins se lo pueden hacer otros corredores, con más tiempo perdido pero todavía con opciones. Y rápidamente pienso en Vincenzo Nibali, que perdió menos de lo esperado en la contrarreloj y que aguantó muy bien en la subida a la Planche. El italiano tiene perdido algo menos de dos minutos y medio y pienso que es mejor que el inglés tanto en subida como en bajada. Tiene que remontar mucho si quiere aspirar a algo, ya que es el peor contrarrelojista de todos los contendientes a la carrera. No puede desaprovechar ni una sola de las oportunidades que el recorrido del Tour le da y deberá ser muy ambicioso, mucho más que el resto de sus rivales. A poco que tenga piernas lo probará, y cuando lo pruebe, se podría presentar el dilema del Sky.

Pienso que Nibali será el que despierte ese dilema, pero podría ser cualquiera de los diez primeros de la general. Si Wiggins no responde a ese ataque, el equipo deberá decidir si Froome sigue con la cabeza o si debe marcar el ritmo a su compañero para minimizar la pérdida de tiempo. Este dilema contiene numerosas preguntas implícitas. ¿Debe Wiggins ganar el Tour a toda costa? ¿Qué es mejor, que Froome gane el Tour o que lo gane otro corredor con Wiggins haciendo podio? ¿Hasta qué punto el ciclismo es un deporte de equipo?... En la Vuelta del año pasado acabaron dejando libertad a Froome para que luchara cuerpo a cuerpo contra Cobo. Y creo que el corredor nacido en Kenia es más fuerte que su líder cuando la carretera pica para arriba. Basta con ver la exhibición cara al viento que dió en la Planche, en la que no solo batió a su compañero sino también a todos los favoritos de la carrera sacando de punto a muchos de ellos. Y es el segundo mejor contra el reloj en la carrera. Personalmente, me parece una tontería no aprovecharse de un hombre así para la general, por lo que yo optaría por dar libertad a los dos, como pasó con Contador y Armstrong hace unos años. Así, es muy probable que quedaran primero y segundo. De todos modos, me gustaría saber qué pasa ahora por la mente de Chris Froome, saber si él se siente un gregario de lujo o un favorito más. Pienso que lo primero, porque decidió seguir en el Sky sabiendo que iba a ser una hormiguita cuando muchos equipos le ofrecían ser el líder de sus escuadras. Y ahora le puede provocar otro dilema al Sky. Eso sí, bendito dilema.


domingo, 1 de julio de 2012

Tour 2012: Por evitar el binomio

El Tour 2012 no contará con los dos mejores vueltómanos del último lustro: Alberto Contador y Andy Schleck. Como todos sabemos, el corredor español está suspendido tras resultar positivo por clembuterol en una de las jornadas de descanso de la ronda gala. El luxemburgués faltará debido a la fractura del sacro que sufrió en el Criterium de Dauphiné Liberé. En teoría, este año sí tendría que haber habido ese duelo que el año pasado no se dio debido al cansancio y a las caídas del madrileño, a la intromisión de Cadel Evans y a un excesivo conservadurismo de los Schleck en Pirineos. Tendríamos que haber visto esas escapadas de los dos rivales pero amigos, esos ataques constantes, esos descensos vertiginosos de Alberto que Andy respondía con miedo, esas polémicas de esperar o no esperar, ese ciclismo en estado puro protagonizado por los dos mejores que pudimos vivir en 2009 y 2010. Y con esto no quiero decir que el Tour del año pasado fuera malo. Simplemente fue distinto. También había un binomio Evans-Schleck, pero solo atacaba el centroeuropeo. El australiano se limitaba a defenderse y a aprovechar su ventaja en los descensos y en la contrarreloj. Pero con Alberto Andy tenía que defenderse, y a su vez atacaba al pinteño. Ambos atacaban y eran atacados, y esa es la magia del ciclismo. Magia que tiene ese binomio Contador-Schleck, el de los mejores ciclistas del mundo, y una magia que no podremos disfrutar ya que ambos no disputarán este Tour.

Creo que a Christian Prudhomme, presidente del Tour y diseñador principal del recorrido, no le gustaba ese binomio. Un fallo informático sacó a la luz todas las etapas en noviembre. Por aquella época todavía no se había dictado sentencia en el caso Contador y Andy no se había lesionado. Pero se mostró un recorrido que no era apto para ellos, sobre todo para el pequeño de los Schleck. Más de 100 kilómetros de contrarreloj y solo tres llegadas en alto de primera categoría: La Toussuire, Peyragudes y la inédita La Planche des Belles Filles, un puerto con muy buena pinta. Tourmalet y Aubisque se desaprovecharán al estar lejos de meta, el Galibier se verá desde la salida de etapa de Saint Jean de Maurienne pero no se tocará. Alpe d'Huez tampoco estará al subirse el año pasado, ya que se asciende un año sí, uno no. Por tanto nos vamos a encontrar ante un Tour con menos montaña de lo habitual, en el que los escaladores puros tendrán que jugarsela al haber mucha contrarreloj en el poco terreno que tienen para destacar. Parece un recorrido diseñado para evitar el binomio Contador-Andy, para intentar que no se pasearan en todas las etapas de montaña. Al Tour le ha salido el tiro por la culata, y ha elaborado un recorrido malo comparado con el de años anteriores, en el que los rodadores pueden lucirse y los escaladores no. Por evitar el binomio, han quitado el espectáculo que dan los puertos míticos cerca de meta.

Pero no hay que preocuparse. El espectáculo en el ciclismo está garantizado siempre y cuando los ciclistas quieran. Aunque fuera un Tour llano siempre estarían los buenos animando la carrera. Quizá sin la capacidad que tiene el binomio para animarla, pero animándola, que es algo muy importante. Así, las etapas de montaña tendrán que ser aprovechadas por escaladores puros que tienen mucho que perder en las dos contrarrelojes. En este grupo entrarían los tres españoles favoritos, Samuel Sánchez, Alejandro Valverde y Juanjo Cobo, y extranjeros como Frank Schleck, Scarponi, Nibali, Basso o Gesink. Pero los dos grandes favoritos son expertos contra el crono, como ya mostraron ayer en el prólogo de Lieja: Cadel Evans y Bradley Wiggins. Este último contará además con un gregario de lujo, que incluso le superó en la vuelta a España y que además es también muy bueno en contrarreloj: Chris Froome. Así, el Sky jugará con dos bazas para intentar hacerse con su primera vuelta grande. Otros hombres que también son buenos rodadores y que suben bien, pero que quizá se encuentren a un menor nivel que Evans y Wiggins son Hesjedal, Menchov, Brajkovic, Leipheimer, Westra, Vinokourov, Peter Velits o Tony Martin. Para los sprints, Sky también buscará victorias con Cavendish y Boasson Hagen, pero el británico no se ha mostrado tan invencible como antes en el Giro. Intentarán romper el monopolio de Cavs en el sprint corredores como Goss, Kittel, Henderson, Rojas, Jonathan Cantwell, Bozic, Bole o Greipel. En los finales como el de esta tarde, con repechos, destacarán hombres como Valverde, Gilbert, Sagan, Boasson Hagen, Voeckler, Chavanel, Gerrans, Gallopin o Julien Simon. Y se pueden alargar estas listas. La nómina de buenos corredores es larguísima. Por algo el Tour es la mejor carrera ciclista del mundo. Aunque falte el binomio y falte el recorrido.

Voy a poner mi quiniela únicamente, ya que mi compañero de blog, Sergio, está de corresponsal en Estados Unidos indagando algo sobre las acusaciones de dopaje sobre Armstrong. O quizá está de vacaciones, quien sabe.

Podio
Apuesto fuerte: Evans (BMC), Froome (Sky), Schleck (Radioshack)

Montaña
David Moncoutie (Cofidis)

Regularidad
Marcel Kittel (Argos-Shimano)

Revelación
Chris Froome (Sky), que para eso lo he puesto segundo