domingo, 3 de marzo de 2013

La primera de Gaudin

El corredor francés del equipo Europcar, Damien Gaudin, se ha impuesto esta sobremesa en el prólogo de la París-Niza sobre el también francés Chavanel (Omega-Pharma Quick Step) y el holandés Lieuwe Westra (Vacansoleil), que fueron segundo y tercero respectivamente.

De esta manera, Gaudin consigue la que es su primera victoria como profesional, dándole a su equipo una importante victoria.

El mejor español ha sido Jesús Herrada López (Movistar) , que ha acabado la crono en decimosegunda posición, a tan solo 5 segundos del primero.

Ha sido un prólogo muy corto, tan solo 2,9 km, y muy explosivo en el que los corredores han tenido que demostrar su técnica debido a la presencia de numerosas curvas estrechas y peligrosas que presentaba el recorrido.

Cabe destacar la caída del belga Maxime Monfort que declaró al llegar a meta que no es forma de empezar una carrera. El belga ha terminado penúltimo a 42 segundos de Gaudin.

El francés estrenará mañana al maiilot amarillo de líder de la "Carrera del Sol" en la primera etapa en línea que se disputará entre las localidades de Saint-Germain-en-Laye y Nemours sobre un recorrido de 195 km bastante llano, con un puerto de cuarta categoría situada a 75.5 km de meta.

Clasificación general y de la etapa: (10 primeras posiciones) 
1. Damien Gaudin (FRA/Europcar)
2. Sylvain Chavanel (FRA/Omega-Pharma Quick Step) +0:00.01
3. Lieuwe Westra (BEL/Vacansoleil-DCM) +0:00:01
4. Wilco Kelderman (HOL/Blanco) +0:00:02
5. Geoffrey Soupe (FRA/FDJ) +0:00:02
6. Peter Velits (SVK/Omega-Pharma Quick Step) +00:00:03
7. Tony Gallopin (FRA/Radioshack Leopard) +0:00:03
8. Borut Bozic (SVK/Astana Pro Team) +0.00:03
9. Sebastien Turgot (FRA/Europcar) +0:00:04
10. Andriy Grivko (UKR/Astana Pro Team) +0:00:05

Moser llega el primero

El italiano Moreno Moser (Cannondale) se impuso ayer en la Strade Bianchi consiguiendo así la que es su victoria más importante en los dos años que lleva corriendo como profesional. Cancellara, a priori principal favorito, intentó escaparse del grupo en los últimos kilometros, pero un demoledor ataque de Peter Sagan (Cannondale), que salió en ayuda de su compañero, impidieron al suizo llevarse la carrera.

Por otro lado, el español Alejandro Valverde (Movistar) sufrió una caída y un pinchazo que le privaron de estar en el grupo de los favoritos a llevarse la carrera.

La Strade Bianchi, antes conocida como Montepaschi Eroica, se celebra entre las localidades italianas de Gaiole in Chianti y Siena sobre un recorrido de 188 km plagado de tramos con esterrato y duros repechos que ponen a prueba la habilidad de los participantes.

Clasificación final:
1. Moreno Moser (ITA/Cannondale)
2. Peter Sagan (SVK/Cannondale)
3. Rinaldo Nocentini (ITA/AG2R)
4. Fabian Cancellara (SUI/Radio-Shack Leopard)
5. Aleksejs Saramotins (LET/IAM Cycling)
6. Greg Van Avermaet (BEL/BMC)
7. Alexander Kolobnev (RUS/Katusha)
8. Francesco Reda (ITA/Androni Giocattoli)
9. Giampaolo Caruso (ITA/Katusha)
10. Maxim Belkov (RUS/Katusha)

jueves, 6 de septiembre de 2012

El factor Contador


Siempre señalé en esa cadena de llegadas en alto la subida a Fuente Dé, no por dura, sino por el desgaste que podían llevar los corredores al escalar el puerto cántabro. Ahora bien, nunca me imaginaba que fuera ahí donde se decidiera la carrera. Pensé que Contador lo probaría, pero más cerca de meta, como tenía pensado ayer. Pero intentó lo más arriesgado, un ataque desde 50 kilómetros, que pilló a sus rivales totalmente a contrapié. El puerto de 2ª categoría del Collado de la Hoz ha tenido más relevancia en la general que los puertos de categoría especial de Asturias. Y ahí, en ese puerto de aspecto inofensivo para los corredores de la general, empezó la contrarreloj por parejas tras el ataque del madrileño. Escapada iba la pareja formada por Contador y su compañero en el Saxo Bank Sergio Paulinho. Por detrás, tiraba Losada de Joaquim Rodríguez. A pie de puerto las cosas cambiaron. Paulinho fue sustituido por Paolo Tiralongo, corredor del Astana pero gran amigo de Alberto y al que debía una victoria en el Giro. Por detrás, Valverde soltó a "Purito", que se quedó solo y se fue a la caza de Contador con la gran ayuda de dos buenos gregarios como Intxausti y Quintana. El pinteño acabó soltando al escalador italiano y, ya solo, veía como los Movistar de Valverde le iban cogiendo poco a poco, aunque nunca llegaron a alcanzarle. Pero Joaquim estaba solo con Hernández, gregario de Contador a su rueda sin dar relevo. El agotamiento, más mental que físico, provocó que perdiera más y más tiempo con respecto a sus rivales. Perdió tanto que le quitaron el maillot de líder e incluso Valverde le superó para hacerse con la segunda posición. Pero lo que perdió realmente fue la oportunidad de su vida para hacerse con una Gran Vuelta. Pese a ello, aceptó con una deportividad digna de admirar el valor y la fuerza de Contador, que venció una etapa de estas que permanecerán siempre en la memoria del aficionado.

Ha habido más llegadas en alto consecutivas en la Vuelta que las que hubo en todo el Tour. Quizá el recorrido haya favorecido, pero la ronda española ha ganado a la francesa en espectáculo, y eso que queda el colofón final en la Bola del Mundo. Pero es que en el Tour no había tres corredores tan ambiciosos como los tres españoles que han dominado esta Vuelta: Contador, Valverde y "Purito" Rodríguez. Es más, he de decir que la presencia de Alberto en una carrera significa espectáculo, aun cuando el madrileño no está en su mejor nivel. Lo pudimos ver en el Tour del año pasado, que venció Evans. Alberto no tenía piernas para ganarlo, pero con solo su presencia alteraba la carrera, como en el día del Alp-D'Huez, donde hizo un ataque similar al de Fuente Dé, que no significó, injustamente, una victoria para el madrileño ya que Rolland se la quitó en el último kilómetro. Contador cambia totalmente las carreras con su ambición, y, aunque no le salga siempre bien, logra un impacto enorme sobre el resto de corredores. Es lo que se podría llamar el factor Contador, un factor que puede cambiar completamente las carreras y que siempre asegura espectáculo, aunque los resultados no sean siempre buenos, que hay que decir que la mayor parte de las veces lo son. Y el ver a Froome a 9 minutos en la general y perdiendo cinco minutos ayer es una prueba de que el Tour hubiera sido muy diferente si el madrileño hubiera podido disputarlo y de que esta Vuelta es un espectáculo gracias al factor Contador.

Joaquim Rodríguez ha sido el hombre más fuerte en la montaña de esta Vuelta a España. En circunstancias normales hubiera conseguido llegar de líder a Madrid, pero lo más probable es que sea tercero. Y eso que no hay dos hombres más fuertes que él en la carrera. Como mucho hay uno y todavía no ha conseguido soltarle en la alta montaña. Pero ese que todavía no lo había soltado tiene mucha ambición, y ha aprovechado al máximo el único momento de debilidad que ha tenido en las 17 etapas que llevamos de Vuelta. El diablo de la oreja de Contador olió la sangre e incitó a Alberto a atacar. Ese diablo no era un pinganillo, era la mentalidad ultraofensiva de Alberto, esa que cambia las carreras solo con su presencia, esa que es imprevisible, esa a la que le da igual una zona llana o la alta montaña, esa que le ha hecho ganar tantos títulos, esa que convierte a los más fuertes en débiles, esa que obliga a todos a estar ojo avizor, esa que es espectáculo puro, esa que convierte a Alberto Contador en una leyenda viva del deporte pese a las continuas sospechas de dopaje, esa que he bautizado, con rima incluida, el factor Contador.

jueves, 30 de agosto de 2012

Todos igualados, todos diferentes

Solo para leer esto que estoy escribiendo ya habrá gastado un segundo. Un periodo de tiempo que en el ciclismo es minúsculo, el mínimo tiempo que se mide. Y sobre todo es minúsculo si tenemos en cuenta que los corredores de la Vuelta llevan más de 40 horas sobre la bicicleta. Pues bien, un segundo, tan solo uno es la ventaja que tiene Joaquim Rodríguez con respecto a Alberto Contador. Pero no es solo esa la única ventaja reducida de la que dispone "Purito", y que Froome se encuentra a solo 16 segundos y Valverde a 59. El resto ya parecen descartados, no por diferencia, porque los dos minutos y medio de Gesink son remontables, sino porque se ve que esos cuatro son muy superiores a los demás. Así, de momento, no se puede decir que la Vuelta sea un mano a mano, como el de Cobo contra Froome del año pasado, sino que hay cuatro corredores muy igualados, pero todos ellos muy diferentes entre sí, y que se adaptan unos mejor que otros a los distintos tipos de subida.

Y pienso que los puertos que mejor se adaptan a "Purito" ya se han acabado. Además, ha vuelto a caer en un error que era muy habitual en el pasado, gastar mucho en etapas en las que la general no se decide. Por ejemplo, en Jaca ganó y se mostró el más fuerte. El repecho final le venía como anillo al dedo. Pero hizo una exhibición que tan solo sirvió para coger 10 segundos más la bonificación. Lo mismo se puede decir del ataque en Montjuic. El corredor catalán siempre ha llegado mal al final de las Grandes Vueltas por gastar en donde no tenía por qué gastar. En el Giro se le vio más comedido, y no hizo esfuerzos innecesarios. Y ahí estuvo, a un paso de batir a Hesjedal y de llevarse el rosa a su casa de Andorra. En la Vuelta le han puesto muchos finales de los que le gustan, pero en los que realmente debe rendir no es en esos, sino en Ancares, en Cuitu o en Lagos. En Jaca o en la etapa de hoy de Ézaro no se ganan Vueltas, y Joaquim debe saberlo si quiere ganar de una vez por todas, su primera Vuelta grande.

En Ézaro no se ganan Vueltas, pero sí que se pueden perder si te pilla en un mal momento. Los porcentajes de más del 25% no perdonan y en un kilómetro se puede ganar mucho tiempo a alguien apajarado. Y aquí es donde enlazamos con Froome, que sufrió mucho en la llegada a Barcelona en una etapa un poquito más fácil que esta pero de un perfil similar. El británico es un corredor con menos explosividad con sus rivales y podría no responder ante semejante cambio en la carretera, del llano a rampas terroríficas. Pero sin embargo, el resto de Vuelta con puertos algo más tendidos, es la parte que más se adapta a sus características. Lo mismo sucede con Alberto Contador, pero el madrileño puede pagar en exceso su inactividad en la tercera semana. Justo lo contrario le puede pasar a Valverde, que ha corrido mucho este año y sus piernas llevan muchos kilómetros. En fin, todo está igualadísimo y con mucho terreno para que se decida la Vuelta. Desde hoy, en Ézaro, que va a ser una etapa del último hombre en pie, ya que con tanta pendiente es imposible atacar, hasta los Lagos, un puerto más tendido. Todos igualados pero todos diferentes. Ahora solo queda disfrutar de ciclismo del bueno.

lunes, 27 de agosto de 2012

Yo sí creo

Hoy tocaba hacer un post de la Vuelta, pero lo voy a dejar aparcado ya que quiero hacerlo tras haber visto la contrarreloj. De todos modos, no es la carrera española el principal punto de la actualidad ciclista, ya que , aunque parezca mentira, se están decidiendo siete Tours en esta semana. Lógicamente se trata de Tours pasados, los siete que ganó Armstrong. La USADA, el máximo organismo del dopaje en los EEUU, ha pedido a la UCI que quite del palmarés del ciclista americano todas las carreras que ganó tras haber superado el cáncer de testículos que los médicos detectaron en 1996. Y como Armstrong solo corría el Tour, no pueden quitarle otra cosa más que los siete que ganó . Al tejano se le acusa de dopaje sistemático de EPO, algo que anunciaba L'Equipe tras cansarse de que todos los años un no francés ganara con tanta superioridad su carrera. El periódico francés fue el primero que empezó a perseguir la figura de Armstrong y en relacionarle con el dopaje. Pero luego, con el campeón ya retirado, muchos de sus ex-compañeros en ese US-Postal de leyenda también le acusaron de lo mismo. Todos ellos dieron positivo, algunos de ellos tan sonados como los casos de Floyd Landis o Tyler Hamilton, este último siendo reincidente tres veces. Decían que se dopaban con Armstrong, pero ellos dieron positivo y Lance no, ¿por qué?

Yo sí creo en Armstrong, y pienso que está siendo víctima de una persecución por parte de personas que hacer mucho daño al ciclismo, como los ya citados Landis y Hamilton. Yo sí creo, porque , como ya ha defendido el corredor tejano, en más de 20 años de carrera nunca ha dado positivo, ni siquiera un "minipositivo" como el de Alberto Contador. Y mientras no se vea en un análisis o se pille in fraganti a un corredor, la inocencia impera. L'Equipe, los ex-ciclistas, la USADA, todos le acusan sin pruebas. Estos se basan en que los controles de aquella época son peores que los de hoy en día, pero yo diría que la mayoría de los tramposos fueron pillados. ¿Por qué Armstrong no fue pillado? Esta pregunta nunca la han podido responder, al igual que tampoco han dado pruebas, aunque alguno ha asegurado tenerlas. Otra pregunta que me hago es por qué denuncian ahora, cuando el americano ha ganado siete Tours y no en su momento, cuando se habría producido el supuesto dopaje. Remover el pasado en materia de dopaje no es bueno para el ciclismo. De hecho, muchos ciclistas han reconocido doparse y no se les ha desposeído de los títulos, como en el caso de Bjarne Riis, el actual director del Saxo Bank, equipo de Alberto Contador. Contra el danés no ha habido persecución alguna, y ganó el Tour de 1996. La UCI ha mirado para otro lado en el caso de Riis, pero no puede ignorar el caso de Armstrong. Y el máximo organismo internacional no necesita positivos para acusar de dopaje, y si no, que se lo digan a Valverde.

La cosa pinta mal para Armstrong, que ha mantenido siempre la frialdad que le ha caracterizado como corredor. Estoy casi seguro de que le van a quitar esos siete Tours, ¿pero que pasaría con ellos? Pues habría que dárselos a Basso, Ulrich o Beloki, entre otros. Casi todos ellos han sido corredores acusados de participar en la Operación Puerto o en otros casos de dopaje, o han dado positivo. Es decir, los Tours salen de Guatemala y se meten en Guatepeor. Pero eso ya es algo, que desgraciadamente, ocurre en el ciclismo, y que será difícil de erradicar, porque el triunfo es jugoso. Pero que quede claro, yo sí creo en los ciclistas, y creo y creeré en Contador, Valverde y Armstrong. Ahora bien, en los que han dado positivo, en Riis, en Landis, en Hamilton o en Di Gregorio, no creo, porque no son ciclistas, son simplemente unos tramposos que no hacen más que manchar el nombre de este deporte.

lunes, 20 de agosto de 2012

La Vuelta 2012: Todo son incógnitas

Han sido ya muchos meses los que llevaba Alberto Contador sin competir. Han parecido años sin ver al corredor madrileño. Pero hoy lo podremos ver en su salsa, en la montaña. Y es que hoy empieza la montaña en la Vuelta, más pronto que nunca, en la tercera etapa, con final en el Santuario de Arrate. El campeón español tendrá terreno para volverse a divertir, con numerosos finales en alto. Quizá solo haya un puerto mítico en la prueba (Lagos de Covadonga), pero no hacen falta el Angliru, Sierra Nevada o la Pandera teniendo puertos descubiertos recientemente como la Bola del Mundo o Ancares o subidas inéditas que tienen muy buena pinta pero que todavía son incógnitas, como el Cuitu Negru o la Collada de la Gallina en Andorra. La contrarreloj no está hecha para rodadores puros, al tener una tachuela en medio de la prueba. Por tanto, los escaladores más puros tiene opciones de hacer un buen papel en la clasificación general de la carrera. Quizá los que menos aparezcan sean los sprinters. Podemos concluir que el recorrido es muy bueno, aunque diría que, pensando en los ciclistas, hay demasiada alta montaña. Cuatro finales en alto seguidos (Ancares, Lagos, Cuitu y Fuente De) pueden ser demasiados y pueden dejar la carrera sentenciada antes de la Bola del Mundo, que es donde debería decidirse la general de esta Vuelta a España.

¿Y quienes optan a esa general? Por nombre hay dos favoritos, pero son una incógnita. Alberto Contador, con su palmarés, es favorito allá donde va, pero no ha corrido en toda la temporada debido a la sanción por dopaje que ha dado tantos quebraderos de cabeza al madrileño. El otro es el británico Chris Froome, que viene de ser segundo en el Tour de Francia trabajando para su compañero Bradley Wiggins y demostrando en muchos momentos de la carrera ser más fuerte que su líder, como en Peyragudes. El corredor nacido en Kenia tiene una posibilidad inigualable de ganar una gran vuelta ya que por primera vez no será gregario de nadie. Además, llega a una carrera en la que se dio a conocer el año pasado quedando segundo tras un mano a mano épico contra Cobo y que probablemente hubiera ganado si Wiggins no se hubiera metido en medio. Pero hay que ver como están también los outsiders. Entre ellos destaca el vigente campeón, Cobo, aunque se le vio débil en la crono por equipos del sábado, y su compañero Alejandro Valverde. Tampoco hay que olvidarse de Igor Antón, que habría ganado hace dos años si no se hubiera caído en Solares, o de Joaquim Rodríguez, que se quedó a las puertas del Giro. Habría que ver también la legión extranjera, entre la que destacan nombres como Cunego y Gesink, que son incógnitas porque les cuesta coger la forma, y los tapados belgas (Van den Broeck, De Gendt, Monfort), italianos (Capecchi, Tiralongo), colombianos (Urán, Henao, Quintana y Sarmiento) y franceses (Gadret, Jeanesson) además del irlandés Nicolas Roche que parece solo rendir en el Tour.

Así pues, hago mi quiniela de esta Vuelta
Podio: Contador (Saxo Bank), Froome (Sky) y De Gendt (Vacansoleil)
Montaña: David Moncoutie (Cofidis)
Regularidad: Joaquim Rodríguez (Katusha)
Revelación: Pongo unas cuantas, para acertar alguna, que siempre fallo. Sicard (Euskaltel), Cameron Meyer (Orica GreenEdge), Quintana (Movistar), Majka (Saxo), Talansky (Garmin) y Bouhanni (FDJ)

martes, 17 de julio de 2012

¿Desesperación o cambio de mentalidad?

Parece que fue ayer cuando los ciclistas estaban en Lieja disponiéndose para el comienzo del Tour 2012 y ya estamos en la última semana de carrera. Los Alpes se han pasado como si fueran un suspiro para los espectadores. Pero no para los ciclistas, que han sufrido muchísimo las ascensiones de este año. El Grand Colombier apajaró a hombres que habían empezado bien el Tour como Tony Gallopin o Rui Costa. Estos dos eran aparentes corredores de segunda fila pero también han sufrido los grandes favoritos, y sobre todo Cadel Evans. El australiano lanzó uno de esos ataques a la antigua en la Croix de Fer con su compañero Tejay Van Garderen como escudero, pero todo quedó en nada. El norteamericano exprimió demasiado a su líder, que acabó completamente fundido y siendo neutralizado fácilmente por el grupo de los favoritos comandado por un gregario de Wiggins que no es ni mucho menos escalador: Michael Rogers. El australiano del Sky atrapó con suma facilidad y sin ayuda a los atacantes del equipo BMC. Pero la pregunta que se me pasó por la mente al ver ese ataque frustrado del actual campeón del Tour es el porqué de ese ataque. ¿Por qué atacó, por desesperación al ver que tiene tanto tiempo perdido o porque ha dejado atrás al viejo Evans conservador? Sea como sea, fue un esfuerzo demasiado grande, y lo pagó en la ascensión final en La Toussuire, donde no pudo seguir a sus dos rivales del Sky y principales contendientes a la plaza más alta del podium de los Campos Eliseos: Bradley Wiggins y Chris Froome.

Hay que decir que Evans no es el del año pasado, ese que se agarraba a una rueda y no la soltaba fuera quien fuera el que estaba delante. Ahora no aguanta ni siquiera a su gregario Van Garderen. También se vio esto en la contrarreloj de Besançon, en la que perdió más tiempo del esperado frente a Wiggins. No tiene las piernas que sí tienen los rivales y tiene tiempo perdido, con lo cual no tiene nada que perder. Y ahora ha optado por una nueva estrategia, la del ataque desde lejos. No solo lo intentó en Croix de Fer, también enseñó las uñas en la etapa de Foix pero no tuvo la suficiente fuerza como para hacer daño a los favoritos. Pero detrás de esta aparente desesperación se esconde un cambio de mentalidad. El australiano nunca había hecho un ataque desde lejos, solo los hacía en el último kilómetro para ganar la etapa. Confiaba al máximo en su habilidad en contrarreloj para sacar diferencias a sus rivales, que casi siempre habían sido escaladores puros. Ahora la cosa cambia. Él es peor contrarrelojista que algunos de sus grandes rivales, como Wiggins o Froome. Por ello, venía con el chip cambiado a este Tour. Para ganar había que atacar, pero la desesperación ha hecho que esos ataques fueran desde lejos. Es una lástima que este Evans ambicioso que se ha visto en los Alpes y en los primeros Pirineos no haya triunfado, porque ha sido él, junto a Van den Broeck el que ha querido poner espectáculo a la carrera. Esperemos que este fracaso en esta nueva estrategia no cambie otra vez su mentalidad y vuelva a ser el chuparruedas de antes. Todavía le queda un bloque de montaña para remontar, y para ello ha de ser ambicioso, pero también ha de ser racional. De esa manera, hará mucho daño al Sky y dará mucho espectáculo, que es lo que todos queremos.

Y otra cosa que el espectador está deseando ver es si Froome acabará siendo leal a Wiggins o le atacará en estas etapas pirenaicas para conseguir vencer este Tour. El corredor nacido en Kenia ha dejado caer por sus declaraciones que será fiel a su compañero, algo que ya mostró en La Toussuire. Ahora bien, cuando uno está tan cerca de la gloria no sé si pensará demasiado en su compañero. Y habrá que ver cómo respondería el equipo ante una hipotética pájara de su líder, lo que en la anterior jornada de descanso llamamos el dilema del Sky. De momento, la lealtad ha sido la nota dominante entre el dúo Wiggins-Froome, pero ya sabemos que puede haber cambios de mentalidad en los ciclistas. Y si no, que se lo digan a Evans.