sábado, 23 de julio de 2011

Y Evans ganó sin chupar rueda

Ya se acabó el Tour. Parece que fue ayer aquel día en el que Contador perdía algo de más de un minuto en la primera etapa del Mont des Alouettes, pero han pasado 20 jornadas en las que el más rápido no ha entrado en ese dúo de favoritos que formaban Alberto y Andy Schleck, ha sido un australiano, el primero en la historia en ganar un Tour, Cadel Evans. De él siempre se ha dicho que es un ciclista que va en contra del espectáculo, que no toma la iniciativa nunca y que no sabe hacer otra cosa que chupar rueda. Yo siempre he dicho que esa forma de correr es tan válida como la de Contador, basada en la explosividad de sus ataques. Pero creo que las circunstancias de carrera han hecho que el de BMC tuviera que cambiar su estilo si quería ganar el Tour. Se ha encontrado con dos etapas espectaculares con ataques desde muy lejos de su principal rival, Andy Schleck. El bajo nivel de forma de Alberto y la indiferencia de Voeckler han hecho que él tirara del pelotón durante dos durísimas jornadas del ciclismo más bonito que se ha visto en mucho tiempo.

En la primera etapa Andy se exhibió. Poco más podía hacer Cadel. El ataque del luxemburgués fue demasiado duro, y todos pensaron que el hermano pequeño no podía aguantar toda la etapa a un buen ritmo. Pero lo consiguió. A eso también contribuyó que en el pelotón no hubiera nadie que ayudara al australiano para alcanzarlo, unos por no tener piernas como Alberto y otros por importarle poco la general, como Samuel. Esos problemas que tuvo Contador hicieron que el madrileño buscara hacer un ataque similar al que hizo Andy el día siguiente. Pero al de Pinto se le unieron el luxemburgués, Evans y el que en esos momentos era el maillot amarillo, Voeckler. Un segundo ataque provocó que se cortaran estos dos últimos. El francés intentó volver con los dos de delante pero el hombre del mazo le visitó en las rampas del eterno puerto del Galibier. El australiano fue neutralizado por el pelotón, pero rápidamente se tenía que poner a tirar porque los de delante se iban. Y los alcanzaron. ¿Por qué? Porque Andy no tuvo la valentía (o las piernas) de volver a hacer otra etapa como la anterior. Contador no estaba en su mejor momento y el luxemburgués no ayudaba a que la escapada llegara al Alp D'Huez. Evans tuvo que hacer dos etapas sin chupar rueda, y ha conseguido ganar el Tour y batir a dos rivales a priori superiores como Alberto y Andy. Y lo ha conseguido con dos manos a manos históricos en dos etapones. Luego ya solo tenía que demostrar su superioridad en la contrarreloj, y lo ha hecho.

Evans ha tenido siempre mala suerte en las vueltas grandes que ha disputado. Siempre que conseguía el amarillo lo perdía el día siguiente. Tenía un día malo en la montaña que le impedía rematar en la crono. Por eso siempre se ha ganado la fama de ser el eterno segundo, ya que ya lo fue en el segundo Tour de Contador y en el de Sastre. El Campeonato del mundo que ganó en Mendrisio en 2009 supuso quitarse una gran losa de encima. Tras un Tour en el año pasado en el que Andy y Alberto eran superiores nadie o casi nadie apostaba por él. De hecho en nuestras quinielas del principio no entraba ni siquiera en el podio. Y ha ganado de una manera muy meritoria porque lo ha hecho sin tener un equipo al lado arropándole en las etapas de montaña, aprovechándose del trabajo de los demás, algo muy complicado de hacer contra el equipo que traían los Schleck este año. Y ha ganado justamente, porque aunque ha sido un poco más débil en la montaña que Andy, ha sido mejor en los descensos y en la crono. Además, ha tenido la suerte de librar todas las caídas. Pero tengo la sensación de que si alguien las hubiera librado también estaríamos celebrando todos otra victoria española en el Tour.

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