miércoles, 20 de julio de 2011

Lo que no hicieron los Pirineos lo hizo un puerto de 2ª

No sé qué pudo pasar en los Pirineos para ver a los favoritos tan conservadores. Era lógico que Contador no fuera tan agresivo como suele ser habitualmente debido a sus problemas en la rodilla. ¿Pero los Schleck? Si había un momento en el que Alberto era vulnerable era en estas dos subidas a Luz Ardiden y Plateau de Beille. Sus ataques eran muy tímidos, como si quisieran eliminar solamente a los gregarios de sus rivales. El único hombre de la clasificación general, si se le puede considerar así, que fue ambicioso fue Samuel Sánchez. De Cadel Evans se puede esperar el no atacar, nunca lo ha hecho, pero los hermanos luxemburgueses no están aprovechando esa ventaja de luchar dos contra uno de cada uno de sus rivales. Bueno, contra todos no. Paradójicamente uno por el que no apostaba nadie para llegar líder a los Alpes, el francés Thomas Voeckler, ha llegado lejos en todos los puertos gracias a la ayuda de su escudero Pierre Roland. Y es que los franceses están llegando más lejos que nunca en este Tour. Los dos ciclistas del Europcar y el joven Arnold Jeanesson han aguantado a los favoritos hasta las últimas rampas de los grandes puertos de los Pirineos, algo que los franceses hace mucho tiempo que no ven.

Pero el conservadurismo se acabó en un puertecillo cercano a la ciudad alpina de Gap, el Col de la Manse. Allí en teoría se tenía que decidir la etapa entre la gente de la fuga. Eso ocurrió, pero también un ciclista decidió sorprender al pelotón. No me lo podía creer, era Alberto, que quería hacer de esa cota de 2ª un hors categorie como los de los Pirineos. Al principio todos los primeros espadas respondieron. Pero el segundo ataque solo lo aguantaron Evans y Samuel. Ni Voeckler ni los Schleck podían aguantar el ritmo del corredor de Pinto en la Manse. Sin embargo, lo peor para los hermanos fue la bajada. Un descenso de los que se dice que sirve para jugar (hoy es muy parecido el de Pramartino) y Cadel Evans decidió lanzarse a tumba abierta, ganando unos segundillos a los dos españoles. En contraste, Andy Schleck bajaba con muchísimo miedo y perdía cada curva más tiempo con los tres de cabeza. Voeckler también se lanzó y minimizó bastante su pérdida. Alberto había abierto el Tour, había enseñado sus cartas y demostraba que en los Alpes ya iba a llegar al 100%. Hushovd ganó la etapa (¡qué bueno es!) pero Contador ganó mucho más.

Pero Alberto no fue el más beneficiado de la jornada. Ese fue el australiano Cadel Evans, por el que nadie apuesta nunca pero que siempre está ahí. Su ciclismo no es espectacular, pero es el más inteligente del pelotón. Gastar lo menos posible en montaña para ganar las carreras en la contrarreloj. Y es tan válido como el planteamiento ofensivo de Contador. Ahora el corredor de BMC tiene que hacer lo que ha hecho toda su vida para conseguir su primera vuelta grande y dejar de ser el eterno segundón, chupar la rueda a Alberto y esperar a la crono de Grenoble. Es el corredor que más fácil lo tiene (Voeckler en montaña puede aguantar pero en la contrarreloj no hay nada que hacer) aunque le van a llover los ataques de los dos españoles, Contador y Samuel, y de los dos hermanos luxemburgueses que no están ni mucho menos muertos, aunque sí heridos después de lo ocurrido en la Manse. Hoy empiezan los Alpes con una etapa en la que los descensos contarán más que las subidas, justo lo que no quieren los Schleck. Hoy empieza la batalla entre 6 hombres: Voeckler, Evans, Andy, Frank, Samuel y Alberto que lucharán por estar el domingo en lo más alto del podio de París vestidos de amarillo.

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